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Lecciones de humildad y tradición firmadas por Sanchidrián

Artículo Diario de Ávila 27-5-2014. Dedicado a Jesús María Sanchidrián

Hace un tiempo que alguien con galones en esto del periodismo me confió una verdad como un templo: no te apures si publicas algo que vaya contracorriente. O lo que es lo mismo, cambia el paso de vez en cuando. Sin pasarse, le repuse, sin pasarse. 

Y como hoy se seguirá hablando de partidos, causas perdidas y la undécima que ya está por llegar; se reflexionará más desde fuera que desde dentro de las formaciones políticas que ven la vida pasar de perfil, pues creo firmemente que toca escribir de asuntos más perennes. Y a ello vamos. 

Hay un hombre por estas tierras que se llama Jesús María Sanchidrián, al que muchos de ustedes conocerán. Un señor que hace algo extraordinario, gratis et amore, que no valoramos adecuadamente. 

En otros lugares, no tan lejanos, se le premiaría tres, cuatro y hasta cinco veces al año y se alardearía de su sabiduría en viajes transoceánicos ante emigrantes que buscan retornar. 

Sanchidrián es un investigador centrado en sacar a la luz obras de arte gráficas ocultas, que maneja al dedillo desde daguerrotipos a las últimas composiciones fotográficas a modo de película de Hollywood -vamos, que siempre está a la última- y que humilde y simbólicamente ofrece cuanto halla para disfrute de quienes seguimos viendo Ávila como algo con futuro y anhelo, a pesar de los pesares. 

Habrá quienes le cataloguen de investigador de tradiciones, de Indiana Jones de la imagen, aunque es eso y muchísimo más. 

“Sanchi” huye de poses bohemias, de remilgos culturetas y si, en lugar de sombrero de paja para protegerse del sol, se pusiera unas anteojeras para mirar sólo hacia adelante, habría sido proclamado hace décadas presidente-codirector de un espacio público exclusivo habilitado para mostrar lo que en su mano tiene: colosales tesoros. Pero Sanchidrián es más que eso. 

Libro Avileses

Por qué no un premio fotográfico con su nombre, por qué no un reconocimiento más allá de las murallas. 

Por qué no ese centro de referencia en etnografía que no es ninguna broma y sentaría las bases de algo en claro declive en los últimos años, la investigación sobre nuestra Historia. 

Estamos ante una rara avis -en el mejor sentido, claro- que escarba en el pasado como nadie. Y esa posibilidad de reconocer su empeño, con una sede de estudios, no estaría de más, aunque siendo como es persona ocupada, humilde y persistente, seguro que se pensaría dos o tres veces el ofrecimiento. 

Cada día, tras cumplir con su deber como técnico en el Ayuntamiento capitalino, este amante de la imagen, para el que Talbot, Laurent o Clifford no tienen secretos, cámara en mano, como otros ilustres de nuestra provincia, es capaz de hacer instantáneas únicas de la trilla, de un jergón aún mullido pese al paso de las décadas, o de un sobrado repleto de botijos y tinajas. Casi nada. 

Como también es ejemplar retratando los aconteceres cotidianos de Mingorría -su pueblo-, La Moraña o el lugar que se tercie en territorio abulense. 

Jesús María Sanchidrián es capaz de publicar monográficos de una arrebatadora belleza sobre nuestro Mercado Grande, sobre las rutas mágicas del río Adaja, las Murallas o lo que surja. Que suele ser mucho. 

Su último trabajo, Avileses, tipos populares de Ávila vuelve a ser una delicia para los sentidos y accesible a través de internet de manera gratuita, como casi todo lo que hace, de forma desinteresada, aunque resulte impagable. 

Ya me entienden.

Artículo sobre Sanchidrián

Lecciones de humildad y tradición firmadas por Sanchidrián es un artículo publicado en Diario de Ávila el 27 de mayo de 2014.

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