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Quiero volver a ser yo

Artículo Diario de Ávila – 6 de marzo de 2020

Quiero volver a ser yo, Artículo de Diario de Ávila

En los tiempos que corren, en los que la verdad es casi un artículo de lujo, que cotiza a la baja y encima no la procesan ni siquiera las figuras públicas que deberían dar ejemplo, hay quien es capaz de desnudarse con una sola canción y darnos una lección de vida. No sólo eso. Llevo días escuchando, a todas horas, la canción René. Residente, el rapero puertorriqueño que la ha compuesto, ha demostrado que un solo tema hecho en el Caribe puede acabar, de un solo plumazo, con esa pandemia real y peor que el omnipresente coronavirus que es el reguetón. 

René Pérez, que así se llama el artista, que en su día formara con sus hermanos Calle 13 y hoy es Residente, se asomó a la depresión y estuvo a un paso de caer al precipicio. Fue hace apenas dos años y medio. Su cuerpo y su mente dijeron basta. Ahora ha reunido la valentía suficiente para lanzar una autobiografía sonora que resume en 7 minutos y medio la condición humana. Un sencillo que pone los pelos de punta, hace llorar a medio mundo y nos acerca, de manera lúcida y transparente, 40 años de historia. Los de su protagonista.

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Artículo Diario de Ávila

De mi quinta

Curiosamente René es de mi quinta y -serán cosas de la edad- llega a algunas de las conclusiones a las que te aproximas conforme te acercas a los 40, o apenas los superas. Cosas tan obvias como soltar lastre, sólo apostar por quien merece tu tiempo. Decir que no cuando es que no, y tener a tu lado a alguien que te alegre el día. A alguien que se ponga tus botas y su vida sea de sus logros y los tuyos, pero también de las comunes derrotas.

Como dice Residente, te podrás comer el mundo de un mordisco, pero echarás de menos que tu madre un día te abrace o te dé ese consejo que ya nunca nadie más te dará. O que aquellos macarrones cargados de chorizo, atún y salchichas (una bomba de relojería) que te hacía tu abuela, nunca más los encontrarás ni en el restaurante con más estrellas Michelin.

La vida consiste en eso: en perder. Poco a poco. En tener a tu lado a un padre, una madre o un hermano que te ayuden a repasar la lección, porque te han hecho ver que el esfuerzo tiene recompensa. Casi siempre. Consiste en dar con un amigo por siempre con el que echar las risas más absurdas del mundo en tardes interminables que supuran juventud.

Maldita canción

Llevo días llorando por las esquinas con esta maldita canción. Maravillosa. Única. Detestable. Conmovedora. Odiosa. Vital. Pero es que, además, me asomo a su vídeo en Youtube, y es el acabose. Porque veo que, tras 55 millones de reproducciones en apenas una semana -va camino de romper todos los récords-, se ha producido un movimiento en los comentarios del tema en los que la gente cuenta cómo anhela a sus seres queridos. Como muchos hacemos.

Casi todos miramos a nuestra infancia, nuestra verdadera patria, como recitara Baudelaire. Nuestro hogar. Nuestro teléfono. Un lugar al que no volveremos pero que, curiosamente, echamos en falta casi todos por ese frenesí disparatado en el que vivimos que nos lleva a querer llegar a todos lados pero a ninguna parte, en lugar de parar, coger aire y ser lo que un día fuimos. 

No sé pa’ donde voy, pero sé de donde vengo. Yo, como René, quiero volver a ser yo. Ya me entienden (y si no lo han hecho, escuchen, por favor, la canción).

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